Antes "indignados", ahora "concienciados".

Este es un blog para estar informado, para analizar, para discernir, para comprender, par ver más allá de lo evidente, para tomar conciencia de cómo funciona la sociedad, quién la dirige, y cual es nuestro papel, lo cual nos permitirá avanzar en el camino hacia un mundo nuevo. Sin consignas, sin apasionamientos, sin indignación; con criterio, con sentido común, con firmeza, con honestidad.

domingo, 22 de abril de 2012

La Bandada - Algo personal.


El gran poeta, filósofo, músico y cantante español del último cuarto del siglo XX y principios del XXI, Joan Manuel Serrat, fue uno de los primeros que describió genialmente, como “genio” que es, a “la casta”, esa clase que gobierna con los votos del pueblo pero sin el pueblo, también los llamamos “trepas” y de otras muchas maneras, pero su nombre oficial es “políticos”.
La canción se llama “Corren buenos tiempos” y está contenida en uno de sus últimos álbumes “Sombras de la China”. La letra de la canción dice:

Corren buenos tiempos:

Corren buenos tiempos,
buenos tiempos para la bandada
de los que se amoldan a todo
con tal que no les falte de nada.

Tiempos fabulosos,
fabulosos para sacar tajada
de desastres consentidos
y catástrofes provocadas
.

Tiempos como nunca
para la chapuza,
el crimen impune
y la caza de brujas.

Corren buenos tiempos,
buenos tiempos para equilibristas,
para prestidigitadores
y para sadomasoquistas.

Y silenciosa
la mayoría,
aguantando el chaparrón
al pie de un cañón
de papel maché,
come el pan nuestro
de cada día
con un culo así
contra la pared.
Llorando en el mar
viéndolas venir,
viéndolas pasar,
pasar,
pasar.

Corren buenos tiempos,
buenos tiempos para esos caballeros
locos por salvarnos la vida
a costa de cortarnos el cuello.

Tiempos fabulosos,
fabulosos para plañideras,
charlatanes visionarios
y vírgenes milagreras.

Tiempos como nunca
para echarle morro
o sacar coraje
y pedir socorro.

Corren buenos tiempos,
buenos tiempos preferentemente
para los de toda la vida
para los mismos de siempre.

Para los mismos de siempre.
Siempre.
Siempre.

Vídeos de la canción:
http://www.youtube.com/watch?v=bg3CkN907SY
http://www.youtube.com/watch?v=Jq3hbupqSE0

Es imperativo acabar con “los mismos de siempre”. La sociedad civil debe organizarse para definir con claridad este tipo de comportamientos, identificar a quienes los viven y practican, arrojarles fuera de toda posición de poder y condenarles al ostracismo social. Es una mera cuestión de supervivencia. Tenemos que exigir y luchar por  la vuelta del gobierno del “justo”, del “sabio”, de la “buena gente”, del “anciano”.

Una versión más antigua, pero no menos exacta, lo que viene a demostrar que la casta se actualiza para mejor perpetuarse, está contenida en la canción de JM. Serrat, nuestro filósofo social de cabecera, “Algo personal” del álbum “Cada loco con su tema”
Algo personal

Probablemente en su pueblo se les recordará
como cachorros de buenas personas,
que hurtaban flores para regalar a su mamá
y daban de comer a las palomas.

Probablemente que todo eso debe ser verdad,
aunque es más turbio cómo y de qué manera
llegaron esos individuos a ser lo que son
ni a quién sirven cuando alzan las banderas.

Hombres de paja que usan la colonia y el honor
para ocultar oscuras intenciones:
tienen doble vida, son sicarios del mal.
Entre esos tipos y yo hay algo personal.
Rodeados de protocolo, comitiva y seguridad,
viajan de incógnito en autos blindados
a sembrar calumnias, a mentir con naturalidad,
a colgar en las escuelas su retrato.

Se gastan más de lo que tienen en coleccionar
espías, listas negras y arsenales;
resulta bochornoso verles fanfarronear
a ver quién es el que la tiene más grande.

Se arman hasta los dientes en el nombre de la paz,
juegan con cosas que no tienen repuesto
y la culpa es del otro si algo les sale mal.
Entre esos tipos y yo hay algo personal.

Y como quien en la cosa, nada tiene que perder.
Pulsan la alarma y rompen las promesas
y en nombre de quien no tienen el gusto de conocer
nos ponen la pistola en la cabeza.

Se agarran de los pelos, pero para no ensuciar
van a cagar a casa de otra gente
y experimentan nuevos métodos de masacrar,
sofisticados y a la vez convincentes.

No conocen ni a su padre cuando pierden el control,
ni recuerdan que en el mundo hay niños.
Nos niegan a todos el pan y la sal.
Entre esos tipos y yo hay algo personal.

Pero, eso sí, los sicarios no pierden ocasión
de declarar públicamente su empeño
en propiciar un diálogo de franca distensión
que les permita hallar un marco previo

que garantice unas premisas mínimas
que faciliten crear los resortes
que impulsen un punto de partida sólido y capaz
de este a oeste y de sur a norte,

donde establecer las bases de un tratado de amistad
que contribuya a poner los cimientos
de una plataforma donde edificar
un hermoso futuro de amor y paz.

Vídeos de la canción:
http://www.youtube.com/watch?v=9ENwVVTUvYo&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=kJzA8m_Sdnw


lunes, 16 de abril de 2012

Un Rey no debe cazar elefantes


           Ha saltado la polémica a los medios de comunicación sobre el accidente de rotura de cadera del Rey de España. Se entrecruzan opiniones encontradas sobre los múltiples aspectos y ramificaciones de la noticia: que si no estaba en condiciones de llevar a cabo una actividad tan arriesgada como cazar elefantes, que si con la que está cayendo en el país no está bien tomarse vacaciones reales, que si el Gobierno lo sabía o no lo sabía o cuando lo supo, que si Rajoy ha callado y no ha confirmado….
           Para mí el aspecto principal de la noticia es que UN REY NO DEBE CAZAR ELEFANTES, y todo lo demás es secundario o accesorio. Un rey no debe cazar elefantes; en general nadie debe cazar elefantes, pero mucho menos un rey. ¿Por qué?. Porque un rey debe dar ejemplo.
           En nuestra recién estrenada educación democrática a todos nos enseñaron en su día que en las monarquías constitucionales el “rey reina pero no gobierna”. En efecto, a los monarcas constitucionales la constitución y los principios democráticos les relegan a una mero papel de representación institucional prestigiada del Estado, pero a pesar de haberles restado todo su protagonismo en el poder, la importancia de la institución, su visibilidad mediática y el incontestable apoyo popular les sitúa en una inmejorable posición para llevar a cabo la acción más importante de un monarca y de una Casa Real: dar ejemplo.
          Ese es el principal papel actual de la monarquía, dar ejemplo de vida, de moral, de compromiso, de solidaridad, de honestidad, de valor, de amor; guiar en virtudes a la población cuando ésta no sabe encontrarlas por sí misma, ser un espejo en el que pueda mirarse cualquier ciudadano en busca de un modo de conducta, de un esquema moral o de un ejemplo de actitudes.
           Cazar elefantes es una actividad cobarde; te llevan donde está el elefante a abatir, no hay que buscarlo, te dotan de un arma de última generación con mira telescópica de largo alcance y balas de gran penetración, te esconden tras unos arbustos, a la sombra, cómodamente ubicado, apuntas y disparas. ¡Qué divertido!, sin riesgo alguno. Y caen al suelo con estrépito para no levantarse jamás, toneladas de vida, años de sabiduría y memoria, habitantes dignos de su espacio en su tierra y en el planeta, hijos de la madre tierra y hermanos biológicos nuestros.
           Y todos esos cazadores que invitaron al rey están satisfechos, se han divertido, jugando a las relaciones de poder, a los negocios e influencias amparadas por este mal llamado deporte,  orgullosos de manejar a la perfección sus armas de destrucción masiva de animales en vías de extinción.
           El buen ejemplo no tiene precio como arma de progreso y de evolución. Matando elefantes, o al menos intentándolo, el rey de España ha perdido una nueva oportunidad de no hacer lo que no debe hacerse, que, unida a las que han llevado a cabo miembros de su familia, están resultando en un rápido derroche de su activo de prestigio y ascendiente social, que se encuentra ya bastante mermado, y, lo que es más importante, de su capacidad de dar ejemplo.