Antes "indignados", ahora "concienciados".

Este es un blog para estar informado, para analizar, para discernir, para comprender, par ver más allá de lo evidente, para tomar conciencia de cómo funciona la sociedad, quién la dirige, y cual es nuestro papel, lo cual nos permitirá avanzar en el camino hacia un mundo nuevo. Sin consignas, sin apasionamientos, sin indignación; con criterio, con sentido común, con firmeza, con honestidad.

martes, 6 de diciembre de 2011

33º Aniversario de la Constitución Española. Hora de que se jubile.

Hoy, 6 de Diciembre de 2011, se celebra el 33º aniversario de la Constitución Española. 33, la edad de Cristo, 33, 11+11+11 ¿te suena?. Una bonita cifra, un tercio de siglo de paz en España sin ser impuesta a la fuerza por una dictadura. Es mucho, si comparamos la convulsa historia de esta nación en los dos últimos siglos. Mucho si comparamos que bajo su palio se desarrolló la tan ansiada como desconocida democracia en este país. Desde su creación hubo un consenso entre todas las fuerzas sociales mayoritarias de este país: el respeto absoluto a la Corona y la defensa a ultranza de la Constitución, que hoy cumple 33 años.

Hoy escucharemos al coro mediático entonar uniformes panegíricos acaramelados sobre las bondades de la Constitución Española hasta la elevación a los altares. Las disonancias, si alguna, quedarán para esa “calle” indómita que parieron las aceras primaverales de Madrid.

Sin embargo, esa Constitución hace aguas por todas las esquinas. Requiere una seria revisión de mantenimiento. 33 años son demasiados años en la era de internet y de la fibra óptica. Prácticamente nada sobrevive al tiempo, máxime si es obra de los hombres y más aún si éstos son políticos. Ya es hora de remover los santos de los altares, de romper el monocorde canto de exaltación de los oráculos del sistema hacia la obra que lo sustenta y mantiene, y hacerle un “upgrade” urgente y necesario.

Ahora que hemos aprendido lo que esta democracia da de sí, ahora que se nos han caído los velos de analfabetismo político que nos legó el franquismo, ahora que no tenemos miedo al futuro, es ahora cuando es necesario tomarla de arriba abajo, artículo por artículo, palabra por palabra, hacerla nuestra, porque si no es nuestra, al menos es para nosotros, y desvelar sus escaseces, sus limitaciones, sus incumplimientos, sus trampas políticas.

La primera gran trampa es la Ley Electoral, hecha al modo y medida de las grandes fuerzas políticas de la transición, y que, tal vez entonces (vamos a darle el beneficio de la duda) fuera la mejor solución ante la amenaza siempre presente de la tutela militar tardofranquista. Pero aquello queda ya muy lejos, repito, 33 años son muchos años en estos tiempos, y la sociedad civil que emerge de esta crisis tan reveladora ya no cabe en el traje constitucional que le cortaron los políticos de la transición.

Un hombre, un voto ya no es un lema representativo de la democracia –y no me refiero al marcado carácter machista de la expresión-. 23000 votos en Soria, 1 diputado, el mismo que 132.000 votos en Madrid. Una persona, un voto, un escaño (proporcionalmente hablando me refiero) debe ser la prioridad de reconducción y regeneración del sistema por parte de la “sociedad civil”, ya que la esperanza de que los políticos, por mayoría y consenso, reformen la Constitución es nula. Ese objetivo es claro y prioritario si tenemos que darle la vuelta al sistema.

Cuando escucho que esta Ley Electoral favorece el bipartidismo me da la risa. Esa, dentro de sus escaseces, es casi la mejor de sus virtudes, el bipartidismo. Como ha quedado demostrado en estas últimas elecciones, la ley d’Hont favorece el monopartidismo en cuanto que el otro bando dé síntomas de desmoronamiento. 46% de los votos, 53% de los escaños para el PP.

Mézclese una derecha monolítica, sin corrientes ni disidencias, cerrada en banda y bajo la férula del líder de turno, forma política de ser que llevan en su ADN y que reúne sin excepción todos los votos desde su extremo al centro, con una izquierda plural, multisocial, rica en su diversidad de caminos y enfoques del devenir político, que reparte sus votos en función de las necesarias y variadas formas de pensamiento político, en la coctelera de la Ley d’Hont y obtenemos un gobierno, como el que vamos a estrenar, para los próximos 25 a 30 años. Monopartidismo en estado puro. Ese es el verdadero fruto de la Ley d’Hont que recoge la Ley Electoral definida en la Constitución. Eso sí, no podemos echar las culpas a nadie. Es la grandeza y la miseria, no de la democracia, sino de esta democracia. 

1 comentario:

  1. En estos tiempos que corren de cambios, especialmente visto desde la perspectiva de lo que venimos llamando Tiempo de Ascensión, Cambio de Era, Fin de los Tiempos, etc., se hace imprescindible romper la parcialidad y el conflicto de dualidad que viejos poderes crearon para enfrentar a la Humanidad. Es el caso del eje Izquierda-Derecha o Derecha-Izquierda. Por eso no comparto su visión parcial del viejo paradigma, donde condena a uno de los polos, en este caso a la Derecha, como poder de los infiernos, y enaltece a la Izquierda a los altares de lo ideal... Ambos polos, Izquierda y Derecha ya no sirven en estos nuevos tiempos, pues desde la Revolución Industrial a esta parte, se "arrastraron" por el suelo de la horizontalidad más absoluta. Hoy toca fomentar y resaltar el eje vertical de los valores, de la Conciencia, para así pasar del signo menos exclusivo(horizontal), a la Cruz cuando se le añade el eje vertical, y focalizarnos en el punto céntrico que conforma la Cruz dentro del Círculo. Desarrollo ésta visión en mi entrada "Izquierda-Derecha. Apuntes sobre la resolución de un conflicto en el "Eje Horizontal" (http://concienciadelplanetatierra.blogspot.com/2011/05/apuntes-sobre-el-conflicto-y.html), y que publiqué el 25-05-11 en mi blog "HACIA UNA CONCIENCIA PLANETARIA". Saludos.

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